En un sueño…

De nuevo ahí, en la misma calle, con las aceras cubiertas de hojas que caían de los árboles. De nuevo…frente a la pastelería… Sólo que ahora cambiaba algo, la anterior vez se había sentido fuera de lugar, como si estuviera viendo una película y sólo pudiese ver como sucedían los hechos, sin poder interrumpirlos ni participar, sin embargo, esta vez ella resultó ser la protagonista de esa película. Todo el mundo la saludaba y le deseaba los buenos días, todos se mostraban radiantes de felicidad a su paso y absolutamente todos parecían quererla.
Ella por el contrario, no reconocía a nadie y no le gustaba ser el centro de atención, siempre pensó que para algunas cosas lo mejor era pasar desapercibido. Decidió cruzar a la otra acera que se veía más tranquila y sin tanta multitud. Atravesó la calle por medio de la carretera ya que no pasaba ningún coche y además no encontró el paso de cebra. Levantó la mirada y le vio, esta vez sin impedimento alguno, ya que era un día nublado y el sol no estaba allí para poder hacer de las suyas… No había fallado, era un hombre y no cabía ninguna duda que era el mismo que la última vez.
Le seguía clavando sus ojos, unos ojos verdes oscuros con tanta profundidad, que podías perderte en ellos y que no se perturbaron ni cuando Paula le devolvió la mirada. Sentía que no transcurría el tiempo, que todo se paró en ese instante, solo oía el ruido incesante de su corazón que de continuar así estaba segura de que se le saldría del pecho.
Él era alto, delgado, pelo castaño oscuro, boca pequeña, que insinuaba una sonrisa pilla que no terminó de salir, parecía como sacado de un sueño…
De repente, se empezó a percatar de que poco a poco iba volviendo a la realidad y el sueño comenzó a volverse cada vez más endeble, apretó los ojos con fuerza, no quería despertar, no ahora no, por favor…Todo se volvió oscuro y recuperó toda la lucidez, pero aún así seguía con los ojos cerrados y continuó con ellos cerrados como media hora más, luchando para volverse a dormir y sobre todo para soñar, para continuar con el sueño, para poder verle…
Al comprender que ya no volvería a dormirse abrió los ojos y se giró para ver el despertador, le quedaba una hora antes de que sonase, pero ya, no se volvió a dormir…
Estaba claro, pensó:
<<Él… solo podría existir en un sueño, pero sobretodo… él solo podría fijarse en mí en un sueño…>>

1 comentarios:

Eva dijo...

Maria que sepas que me esta uper bien como ya te lo he dicho varias vces jjjjaja Bueno eso que sigas publicando que lo dejas siempre ahi en lo mejor jajaj. Besitos.

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