Vuelta a la rutina…

Cubrió con maquillaje cualquier atisbo de fragilidad en su rostro, nunca le había gustado dar pena, ni enseñar sus emociones a los demás, contados con los dedos de la mano eran los que la conocían tal como era, menos aun la habían visto llorar…
Preparada para salir de nuevo al mundo, algo más cansada y floja de lo normal pero bien de moral.
En la oficina un gran taco de folios impresos se amontonaba encima de su mesa. Resignada se puso a trabajar en ellos con el propósito de no dejar nada para mañana así, no dejaría trabajo atrasado y por fin se libraría de la montaña de hojas que le perseguía desde hace unos días.
No hizo ni descanso en el almuerzo y continuó cuando la oficina de noche se quedo desierta.
Inmersa entre los balances y cuentas que no cuadraban aunque fueran revisadas mil veces se hizo muy tarde. El mundo de las matemáticas le apasionaba desde bien pequeña, pero hoy no tenía la cabeza para números y por eso todo se le hacía más pesado.
Ya solo le quedaba imprimir lo realizado y por tanto se dirigió hacia la impresora de la primera planta ya que la suya no tenía la suficiente tinta negra.
Bajó hasta el primer piso y realizó las copias impresas y al girarse para volver hacia su despacho se chocó contra alguien que hizo que cayeran todos los folios que tenía entre las manos. Se asusto mucho realmente ya que no esperaba encontrar a nadie allí y menos a esas horas.
Se apresuró a recoger los folios y lanzó una disculpa rápida al aire alegando que no esperaba encontrarse a nadie allí a esas horas.
Ese alguien se agachó para ayudarla y al coger una vez el mismo papel se encontraron por primera vez sus miradas.

0 comentarios:

Publicar un comentario